"Es precisamente esta eficacia del amor entre nosotros lo que nos atrae el odio de algunos que dicen: mira cómo se aman, mientras ellos se odian entre sí. Mira cómo están dispuestos a morir el uno por el otro, mientras ellos están dispuestos, más bien, a matarse unos a otros" (Tertuliano, Apologético 39).
Los primeros cristianos
Las enseñanzas y los gestos de Jesús tuvieron gran influencia en la vida de los primeros cristianos. Así, aun cuando Jesús ya no estaba físicamente con ellos, sus discípulos continuaron la tarea iniciada por él. Nadie que tuviera necesidad les era ajeno y, para dar ejemplo, ellos mismos ponían sus bienes en común y compartían todas las cosas.
¿Qué hizo Jesús?
Proclamó una esencial igualdad en dignidad entre todos los seres humanos, hombres y mujeres, cualquiera que sea su etnia, nación o raza, cultura, pertenencia politi-ca o condición social.
En el mensaje de Jesús se encuentra la concepción de la persona como un ser social que debe relacionarse con los demás sobre los criterios de solidaridad, justicia y caridad.
Además de estos valores, en el Evangelio se encuentran otros de no menor importancia, como son los valores referidos al origen de la vida y a la familia, los valores relativos al origen y naturaleza de la autoridad, que debe ser ejercida como un servicio al bien común.
Misión de la Iglesia
La Iglesia, que continúa la misión iniciada por Jesús, aplica y desarrolla los principios contenidos en los Evangelios. Moviéndose dentro de las estructuras de la sociedad civil, busca humanizarlas con espíritu de justicia y de caridad.
En la enseñanza y en la praxis social de la Iglesia de los primeros siglos y de la Edad Media no hace más que aplicar y desarrollar los principios y orientaciones contenidos en los Evangelios.
¿Qué hicieron los padres de la Iglesia?
No solo defendieron a los pobres y oprimidos, sino que también promocionaron instituciones sociales como hospitales, orfanatos, hospederías y centros de enseñanza en una época en que las instituciones civiles apenas se encargaban de hacerlo. Labor que continúa desarrollando en nuestros días especialmente en los países más deprimidos económicamente. Gracias a la labor de la Iglesia se han abolido costumbres que atentaban contra la dignidad de la persona, como el derecho a la vida, la esclavitud o la dignidad de la mujer.
Ante los problemas sociales, siempre presentes en las diversas épocas de la historia, pero que en nuestro tiempo se hacen mucho más complejos, la Iglesia no puede abandonar su reflexión ética y pastoral para iluminar y orientar con su enseñanza social los esfuerzos y las esperanzas de los pueblos.
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